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Se llamaba Luisa, tenía un cabello negro muy largo que le llegaba a la cintura.
Su casa se situaba entre un campo dónde habían muchas flores silvestres, en la temporada de primavera nacían flores moradas alrededor de su casa, ella acostumbraba correr sobre las flores porque le parecía mágico ver esa belleza, y escuchar el canto de las aves, y el ronroneo de los insectos, sentir la brisa en sus mejillas mientras el viento sacudía su larga cabellera. Cuando llegaba el verano las flores que nacían eran de color amarillo, todo alrededor de su casa era hermoso el cambio de color, el olor cálido de las flores, la sensación acogedora de la naturaleza, respirar el aire fresco y el hermoso cantar de los gallos de su casa, sus cuatro amigos que eran la paz, el amor, la gratitud y deseo de vivir siempre la acompañaban.

Un día en la mañana al abrir los ojos observó que todo a su alrededor estaba desolado, no había más flores y es que una empresa compró las tierras de al lado y comenzaron la construcción de un centro comercial, desapareció el canto de las aves, y un calor extremo invadía su cuerpo por los fuertes rayos del sol que lastimaban sus hermosos ojos verdes. En ese instante sintió una mezcla de dolor, coraje y tristeza. También descubrió que sus cuatro amigos estaban pálidos y habían bajado mucho de peso se veían enfermos y hambrientos. Tuvo una mezcla de emociones pues le habían robado su felicidad, la naturaleza, lo que tanto había disfrutado y amado desapareció de la noche a la mañana, de pronto descubrió la presencia de otras personas que la acompañaban llamadas dolor, amargura, llanto, resentimiento y odio a quienes ella se encargó de alimentar, a cambio ellos le brindarían protección para defenderla de nuevos ataques. Se vivía un ambiente hostil, en sus noches la acompañaba insomnio. Sus cuatro mejores amigas estaban descuidadas, tan flacas que casi desaparecían, hasta que un día decidieron marcharse porque en ese hogar no había espacio ni alimento para ellas.

Pasaron muchos días y cada día Luisa deseaba morir, anhelaba el regreso de sus cuatro amigos la paz, el amor, la gratitud y el deseo de vivir, sin embargo, cada vez que recordaba el suceso indeseable, o que alguien la lastimaba nuevamente, dolor, amargura, llanto, resentimiento y odio se volvían más grandes y fuertes cada vez se apropiaban más de su vida sin que ella pudiera hacer algo para detenerlo. Sus noches eran largas porque el insomnio siempre la acompañaba. Luisa sólo tenía ganas de morir. Hasta que un día después de tanto buscar, leer e investigar por fin llegó a su vida una personita llamada sabiduría y esta le dijo que si quería que la paz, el amor, la gratitud y el deseo de vivir regresaran a su vida debía dejar ir a amargura, llanto, resentimiento y odio de su vida, la joven le pregunto a sabiduría:

– Luisa: ¿cómo los puedo dejar ir, eso es imposible son tan enormes que ya no podría echarlos, además ellos me ayudan a no permitir más injusticia a mi persona, los necesito a mi lado para estar alerta y protegerme. Aunque en mi vida ya nada tenga sentido.

– Sabiduría: Sólo dime, ¿quieres recuperar el deseo de vivir y a tus demás amigos, que son el amor, la paz y la gratitud regresen a tu vida?

– Luisa: ¡Claro es lo que más anhelo ser feliz a su lado, dime como recuperarlos por favor, siento que muero, mira como estoy, esto no es vida, ayúdame a lograrlo!

– Sabiduría: Es posible si tu lo crees. Puedes trabajar en ello, lo primero que tienes que hacer es dejar de alimentar a dolor, amargura, llanto resentimiento y odio para que dejen de crecer, una vez que se debiliten puedes echarlos de tu vida, cuando ellos se vayan quedará un enorme espacio para que tus mejores amigos regresen.

– Luisa: Sí quiero trabajar en eso dime ¿Cómo lo hago?

– Sabiduría: Esta bien, te explico; cuando vivas un acontecimiento indeseable separara a dolor, amargura, llanto resentimiento y odio, aléjalos de ti, imagina que los metes en un globo de helio junto con la experiencia inadecuada, los contemplas adentro del globo les cambias el color y la forma muchas veces, cuando te sientas listo agradeces por el aprendizaje que te quedó y sueltas el globo y lo sueltas en el inmenso cielo azul y ves como se aleja y desaparece hasta convertirse en un puntito que llega al sol que los deshace con su ardiente fuego…

– Sabiduría: otra cosa importante que tienes que hacer es atesorar en tu corazón los bellos momentos, los que te hagan sentir bien, guárdalos como un tesoro dentro de todo tu cuerpo, servirá de alimento para que tus amigos crezcan sanos y fuertes.

– Luisa: Claro lo haré, deseo tanto que mis amigos la paz, el amor, la gratitud y el deseo de vivir regresen a mi lado y sean fuertes.

Así lo hizo, comenzó a soltar y soltar todos los acontecimientos dolor, amargura, llanto resentimiento y odio, los soltó y los soltó, todos los días veía como se alejaban de su vida y de su hogar, les daba las gracias por todo lo aprendido y le decía adiós, los soltó cada día, en cada ocasión y en cada acontecimiento indeseable, en el día y en la noche, los soltó, los dejó ir, hasta que desaparecieron y a su corazón y hogar regresaron la paz, el amor, la gratitud y el deseo de vivir a quienes abrazó con mucho amor, estos la impulsaban a buscar sus sueños. Un día decidió comenzar un proyecto que la enamoraba, la construcción de un enorme jardín, dedicó mucho tiempo en sembrar las semillas, valió la pena cuando una mañana nació una hermosa flor morada, la primera de muchas que soñaba tener, fue tan hermoso. De esa manera Luisa vivió feliz el resto de su vida, en cada despertar llena de paz en su corazón, enamorada, agradecida, con muchos deseos de vivir y atesorando los mejores momentos para alimentar a sus amigos y mantenerlos fuertes.


Autor: Yolidabel Medina Santos
Coach Internacional con PNL

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