De niña siempre pensé que la vida era como un cuento de hadas, que todo era felicidad, alegría, diversión y con la inocencia de niña recuerdo que la viví y la disfruté, fue en mi adolescencia donde vienen recuerdos muy marcados, de rechazo, de aislamiento, de pocos amigos, de soledad y terminé buscando afuera lo que no tuve en casa pensando que obtendría todo y sería muy feliz. Luego me dí cuenta de que no era así y de estas experiencias que quedaron en mi memoria aprendí a actuar de alguna forma para protegerme porque pensé que me harían daño nuevamente y terminé alejándome de todos pensando que podía pasar por lo mismo y no lo quería volver a vivir.
Ahora que tengo conocimiento del Coaching con Programación Neurolingüística (PNL) voy descubriendo las situaciones que me marcaron en la adolescencia y con la ayuda de las técnicas que he ido trabajando para sanar, sí me ha dado resultado. Mi panorama ha cambiado mucho, aún sigo trabajando en ello, ya que cada situación y/o relación desde la infancia me tocó de alguna manera y lo trabajo por separado, mientras se da el cambio sigo sanando, avanzando sin detenerme. No te niego que a veces me viene la duda, sin embargo, aplico lo que he aprendido con estas técnicas. Sé que con estas experiencias podré ayudar a otros en su proceso.
La mayoría de las veces, los recuerdos que vienen a tu memoria son los momentos por los que pasaste una situación que no te gustó. Cuando llega ese recuerdo lo sientes con alguna emoción, a veces sientes esa emoción y en otras ni te das cuenta de que la tienes y esto es porque ya te acostumbras a ella, cuando trabajas la situación con el Coaching con PNL y sanas esa experiencia que te afectó, recordarás solo la experiencia sin que te vuelva a afectar y lo verás como un aprendizaje y agradeces por ello. En mi caso mis padres hicieron lo mejor que dentro de sus circunstancias aprendieron a hacer. En la época que crecieron no había muchos de los adelantos de hoy día. Unos padres dedicados a su familia y a traer el sustento al hogar y, para ellos, lo más importante fue el dar estudios a sus tres hijos, algo que no tuvieron ellos; por lo que, estoy muy agradecida por la educación que me dieron. Ellos siempre estuvieron ahí y aunque dieron el mejor ejemplo y nos dieron buenos valores, no recuerdo un abrazo, un beso, y ahora entiendo que ellos pasaron por lo mismo, no aprendieron a dar ese abrazo, ni ese beso, porque tampoco lo recibieron de sus padres, ellos demostraban el amor de otra forma que para ellos significaba amor.
Hoy día como adulta, luego de tomar sesiones de Coaching con PNL, te descubres y te concientizas que vas creciendo con experiencias desde tu infancia, de lo aprendido de tus padres y de personas con las que te relacionas. Y que, si quieres salir de donde estás, es tu responsabilidad el hacerlo y de nadie más. Aunque tuve estudios y fui a la universidad, me limité a estudiar la carrera, tener un trabajo y prácticamente copiar o modelar lo mismo que vi de mis padres, trabajar y trabajar sin aspirar a más, viviendo el día a día y siendo conforme con lo que tenía, entendía que no hacía falta nada más, sin saber o más bien no moverme a ver más allá a hacer un cambio de lo que no me gustaba y el dejar de hacer para lograr otras cosas, en vez de sólo pensar y decirme “si mi vida fuera de otra forma”, y no hice nada para que ese cambio se diera, llegaban a mi mente las limitantes y los miedos que traía desde niña y ahí me quedaba nuevamente, en el mismo lugar.
Esas experiencias que de niño vas acumulando te marcan y muchas veces ni te das cuenta y de adulto ya tienes un cúmulo de emociones dentro de ti que ni sabes ni encuentras como manejarlas y te preguntas muchas veces: ¿por qué me comporto así?, ¿por qué me alejo de los demás?, sin saber qué te pasa, el porqué actúas a la defensiva en diversas situaciones del diario vivir, y así vas creciendo con miedos, coraje, ira, recordando el pasado y hasta lamentando por qué te tocó vivir así, simplemente en la resignación, y ¿por qué no hice algo más? Porque aún no conocía lo que era el Coaching con PNL y te lamentas de haber perdido todo ese tiempo habiendo hecho algo diferente que cambiara el rumbo de tu vida. Ya esto es pasado, hoy día hay una gran oportunidad de cambiar y trabajar tus emociones para mejorar y lograr ese cambio que tanto quieres hacer, eso sí, con el compromiso de hacerlo y lograr verdaderamente el cambio.
Ahora de adulta y entendiendo lo vivido desde la niñez ya he podido identificar y crear conciencia de lo que trabajé y sigo trabajando. ¿Y cómo lo hice?, el Coaching con PNL fue lo que realmente cambió mi vida, descubres que puedes hacer un cambio real y tomar la decisión de vivir en libertad, de crear conciencia de tus acciones y de tus hábitos para comenzar a sanar desde tu interior para que haya una mejor relación con lo exterior.
Nunca es tarde para comenzar de nuevo y luego de haber trabajado en una empresa por 30 años, me retiro, estando en mi casa me decía y ahora qué hago, porque el trabajo era una distracción algo que usaba para llenar todo lo que me pasaba. Comencé a estudiar lo que es el Coaching, no veía cambio; sin embargo, busqué y busqué y encontré el Coaching con PNL, y desde aquí es cuando comencé mi crecimiento. Primero a aceptarme tal y como soy, aceptar a otros como son, a entender que todo estaba en mi mente, a detectar las creencias que me limitaban para quedarme estancada y no salir de ahí. Te digo que, si se puede salir, es darse la oportunidad de hacer el cambio y de conocer como lo puedes hacer. El tener todas estas heridas desde la infancia, y las creencias afectan la relación contigo y con los demás. Es un proceso el cual estoy viviendo en estos momentos. Así que comienza por ti en sanar y en buscar ayuda de personas capacitadas que te llevarán desde donde estas a mejorar, lograr y hacer el cambio que tanto anhelas y te acompañarán a que descubras la mejor versión de ti.
¿Hasta cuándo te vas a dar cuenta de que puedes lograr tu meta? Descúbrete, evoluciona y logra lo que te propongas. Comienza el cambio desde tu SER y se como la oruga que luego de su proceso de cambio y transformación pases a ser una hermosa mariposa con sus alas abiertas y te sientas en libertad y listo para dar lo mejor de ti al mundo. O como el Ave Fénix que renace de las cenizas y tienes la capacidad de ser resiliente y vencer cualquier situación. Tendrás tus recaídas y te levantarás de nuevo. Así que, nunca es tarde para comenzar, ahora es el momento de hacer el gran cambio. Te invito a que lo hagas, no te arrepentirás. Yo estoy en este proceso, anímate, tus sueños y el éxito te esperan. Más adelante les seguiré comunicando sobre mi proceso de cambio.