Nací un 29 de octubre de 1962, fui el quinto de 8 hermanos. En aquellos tiempos se acostumbraba a tener muchos hijos, con lo cual, mi madre no podía prestarnos la atención adecuada a cada uno. Por lo que desde niño fui muy autosuficiente.

Así fui creciendo con heridas de abandono y de rechazo que con el paso del tiempo enterré en mi interior, sin saber que algún día deberían salir esas heridas, como una fruta podrida en el frutero que tratas de tapar con fruta buena encima, al final se terminará de pudrir toda la fruta del frutero.

Crecí y durante mi adolescencia fui adoptando actitudes propias de alguien que quiere aparentar algo que no es. Empecé a fumar, a tomar hasta perderme y así me hacía daño y al hacerme daño, dañaba a los demás.

Cuando uno tiene el ego muy elevado, es difícil que acepte que está viviendo de la manera errónea.

Así llegó el Coaching con PNL a mi vida, para darme una sacudida de consciencia y una bofetada en el ego, haciéndome caer en cuenta de que mi manera de vivir me estaba llevando justo a donde no quería.

Con esto descubrí que había maneras distintas de vivir, sin aparentar algo que no soy con tal de recibir algo de aceptación.

Aprendí la valentía de enfrentarme a mis áreas más profundas, aquellas que decidí olvidar por el dolor que causaban, aprendí a reconocer a mi niño interior y darle todo el cariño, la atención y el amor que no recibió, aprendí a hacerme responsable de cada decisión y actitud que tomaba en mi vida.

Hoy he dejado de tomar, he dejado de fumar, he aprendido a perdonarme y perdonar, he aprendido a amarme y respetarme pues se que el amor se construye de adentro hacia afuera. Aprendí que no tengo que aparentar para caerle bien a todo el mundo, es más, no quiero caerle bien a nadie, simplemente soy y eso es la libertad.

Hoy me dedico a ayudar a las personas a que encuentren esa libertad del ser y los acompaño en el camino, pues se que es un camino empedrado donde a veces puedes tropezar, caerte y duele y tener a alguien que te acompañe hace el camino más fácil.

Estoy totalmente agradecido con cada una de mis experiencias vividas, pues se que cada una me llevaron hasta donde estoy. Si pudiera elegir nuevamente otra forma de sanar, sin duda, volvería a elegir el Coaching con PNL, pues es una herramienta rápida, efectiva y muy sanadora.